5 ventajas de estudiar por las tardes

Los beneficios de estudiar por las tardes son muchos y variados. Equivocadamente, puede dar la falsa impresión de que disponer de las mañanas libres —salvo si se está trabajando— hace que los días sean más cortos y parezca que los desaprovechamos. Sin embargo, la realidad demuestra que no es así.

¿Estudiar por la mañana o por la tarde?

El primer y más importante beneficio del estudio por la tarde es que permite compaginar la jornada laboral, que mejora nuestra trayectoria y experiencia, con una formación oficial. Muchas personas deben alternar el trabajo con los estudios por motivos económicos. A partir de cierta edad, además, es impensable no trabajar y, por tanto, es ideal estudiar por las tardes. Cada vez son más las personas que deben formarse en su etapa adulta porque las condiciones de su trabajo les exigen una puesta al día de sus conocimientos en una sociedad que cambia a una velocidad vertiginosa.

Un segundo beneficio de estudiar por las tardes está relacionado con el transporte público que, a partir de mediodía, está menos saturado. Los desplazamientos, pues,  se hacen en menos tiempo. En las principales conurbaciones de España, casi el 53% de los viajeros que salen a las carretera cada mañana quedan atrapados en los atascos. En ese punto es donde se pierde más tiempo, según un estudio del Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC). Así pues, las tardes de estudio son la mejor alternativa a la pérdida de tiempo en medios de transporte ya que las congestiones de tráfico humano y rodado se producen en horas punta.

El tercer beneficio tiene que ver con la rutina. Enseguida podemos acostumbrarnos a ir a clase por las tardes y estudiar por la noche. Está demostrado científicamente que, en ciertas fases previas al sueño, la asimilación de conceptos es mucho mayor. En consecuencia, para mejorar el rendimiento académico, puede ser ideal establecer una rutina de estudio nocturno diario ya que el cuerpo se acostumbrará rápido a ello. En contraposición, si no se dispone de una rutina adecuada y se alterna el estudio en diferentes momentos del día, el cuerpo no funciona igual debido a los ciclos circadianos.

Durante las noches existen menos distracciones que durante el día. Aquí se halla el cuarto beneficio. Si estudiamos en aquella hora, cuando la mayor parte de gente duerme, hay menor actividad. Cuando oscurece, a su vez, incrementa la creatividad y aumenta la capacidad para ver conceptos des de otro punto de vista. Es importante disponer de una buena iluminación, pues una luz poco intensa puede ser dañina para los ojos y, en caso de fatiga, corremos el riesgo de quedarnos dormidos. También es recomendable controlar y planificar el tiempo en sesiones y establecer intervalos de descanso.

El quinto beneficio está relacionado con el hecho de que el alumno sigue disponiendo de las mañanas para realizar recados y gestiones limitadas a horarios intensivos y de oficina como acudir al banco o al médico. Fijar el horario académico por la tarde, además, permite inscribirse, por la mañana, a otros cursos extraordinarios paralelos sin tener que ausentarse de ninguna clase.

Aunque, generalmente, la gente prefiere un horario de mañana, hemos apuntado cinco razones de peso para estudiar por las tardes. A los motivos comentados, debemos añadir otras ventajas que brinda el horario de tarde en el cual acostumbra a haber menos alumnos por clase. Esto permite organizar cualquier actividad de grupo con los compañeros después de clase.

En iFP te ofrecemos la posibilidad de estudiar por la tarde y, obviamente, también por la mañana. Tú elijes. Si necesitas ayuda para encontrar un curso que se adapte exactamente a lo que estás buscando, ¡no dudes en consultarnos!