¿Cómo ser organizador de eventos?

Un organizador de eventos debe tener ciertas aptitudes profesionales que le permitan desarrollar su labor de forma acorde a las necesidades del cliente. Así, las personas que encargan esta profesión poseen varias especializaciones académicas propias del marketing y la publicidad. En función del tipo de evento a planificar, ha de conseguir unos objetivos u otros pero en todo caso es el responsable de salvaguardar la reputación de la empresa que lo contrata. 

¿Qué funciones están en manos de un organizador de eventos?

Principalmente, un organizador de eventos se ocupa de liderar y coordinar los diferentes equipos de trabajo que se ocupan de dar forma a la celebración o congreso. Además, gestiona los diferentes flujos de aprovisionamiento de material o consumibles, siendo la intermediación ante proveedores otra de sus funciones básicas.

Ni que decir tiene, sus actuaciones están en sintonía con los deseos y objetivos del cliente, por lo tanto otra de sus labores es ajustar la temática decorativa y los elementos de interacción con el público a la naturaleza del encuentro.

Además, se ocupa de realizar el seguimiento de la planificación, marcando el timing necesario para que todo esté listo a tiempo.

En caso de que surjan problemas, los organizadores son los responsables de subsanarlos y salvo que sea necesaria la intervención directa del cliente, están autorizados para asumir cualquier competencia que revierta en la consecución de los objetivos indicados al principio de la planificación.

¿Qué hay que estudiar para trabajar como organizador de eventos?

Con respecto a la suite de conocimientos que necesita un organizador de eventos, quizás lo mejor es estudiar una FP en Marketing y Publicidad de manera previa a cualquier otra cualificación específica.

Al fin y al cabo, un planificador de eventos debe saber cómo actúan los resortes promocionales y saber perfectamente los elementos que componen una marca para poder transmitir sus valores al público asistente.

Por otro lado, en el caso de encuentros de índole comercial, estar al tanto sobre herramientas mercadotécnicas puede ayudarle a cumplir los objetivos de ventas o a desarrollar una relación inicial con posibles clientes que han asistido al evento.

Después, una vez asimilada esta formación, es conveniente pasar a otros programas más específicos, como postgrados en protocolo y dirección de eventos. En el mercado docente es posible encontrar desde ambiciosos másteres hasta cursos más específicos que se ocupan de desglosar el uso de herramientas informáticas de soporte en la organización de eventos, por ejemplo.

A su vez, teniendo en cuenta el entorno global empresarial en el que se mueven muchas iniciativas que ordenan la organización de eventos, es necesario que el candidato se desenvuelva perfectamente en otros idiomas, entre los que destacamos el inglés, una llave maestra lingüística que por sí sola puede generar buenas oportunidades de trabajo.

En definitiva se trata de añadir a nuestro portafolio académico el mayor número de entradas relacionadas con la gestión organizativa de grandes volúmenes de audiencia y la planificación de equipos de trabajo. Una empresa de eventos valorará mucho esas dos aptitudes, puesto son el corazón del oficio.