Mediación familiar: cómo ser, requisitos y sueldo
La mediación familiar es un proceso destinado a manejar y resolver conflictos que surgen dentro de una familia. Este proceso lo dirige un mediador, un profesional imparcial con especialización en este tipo de crisis, que puede ser un psicólogo, trabajador social u otro profesional capacitado. Es de especial interés conocer cuáles son los requisitos para ser mediador familiar, teniendo en cuenta que las comunidades autónomas tienen normativas específicas sobre mediación familiar que regulan los requisitos que deben cumplir los miembros de los servicios de mediación intrajudicial.
¿Qué titulación es necesaria para trabajar de Mediador Familiar?
¿Cuáles son los requisitos para ser Mediador Familiar?
En lo que respecta al mediador familiar requisitos, pueden acceder al Registro de Mediadores e Instituciones de Mediación, dependiente del Ministerio de Justicia las personas físicas que acrediten:
- Poseer un título universitario oficial o formación profesional superior.
- Contar con formación específica en mediación.
- Haber suscrito un seguro o garantía equivalente que cubra la responsabilidad civil resultante de su actividad en los conflictos en los que interviene.
La formación específica del mediador debe tener una duración mínima de 100 horas, con al menos un 35% de enseñanza práctica. La formación puede ser reconocida si se ha obtenido en instituciones extranjeras debidamente acreditadas. Además, se exige que los mediadores realicen actividades de formación continua cada cinco años, con un mínimo de 20 horas, que pueden incluir cursos de especialización en áreas de mediación para cumplir con este requisito.
Los mediadores deben participar en actividades de formación continua en mediación, predominantemente prácticas, al menos cada cinco años, con una duración mínima total de 20 horas. La asistencia a cursos de especialización en diferentes áreas de mediación cumple con este requisito de formación continua para los mediadores.
¿Quién puede ser mediador familiar?
Respondiendo a la pregunta de quién puede ser mediador familiar, cabe destacar que la mediación familiar es una alternativa para resolver conflictos relacionados con el derecho de familia, evitando acudir a tribunales. Los mediadores intervienen en casos de separación o divorcio, abordando aspectos como el uso del hogar, la distribución de activos y deudas, además de temas de custodia y manutención de los hijos. Este proceso busca facilitar acuerdos amistosos y equitativos entre las partes involucradas.
El objetivo primordial de la mediación familiar es alcanzar acuerdos más duraderos, equitativos y menos conflictivos, especialmente en beneficio del bienestar de los menores.
El mediador familiar emplea la escucha activa y la neutralidad, fomenta la búsqueda conjunta de soluciones sin imponerlas y facilita la comunicación entre las partes, actuando como puente en casos de divorcio donde la comunicación directa puede ser difícil. Asimismo, puede orientar si es necesario, pero deja la responsabilidad de decidir a las partes involucradas. Busca reducir tensiones y acuerdos que consideren los intereses de ambas partes para resolver conflictos familiares de manera equitativa.
Funciones del mediador familiar
La mediación familiar aborda conflictos en el ámbito familiar, buscando acuerdos sin recurrir a tribunales, priorizando el bienestar de los menores. Se centra en divorcios, custodia de hijos, reparto de bienes y herencias. El mediador facilita la comunicación y guía a ambas partes para generar soluciones constructivas, fomentando decisiones que beneficien a todos. Requiere habilidades personales, como empatía y neutralidad, para acompañar a las familias en la toma de decisiones. Su objetivo es lograr acuerdos que aseguren el futuro de los implicados.
El mediador familiar desempeña múltiples funciones sin tomar decisiones por las partes involucradas. Comienza estableciendo el marco de la intervención, informando sobre la mediación, su duración, temas a tratar, confidencialidad y derechos, enfatizando las ventajas respecto al proceso judicial. Luego, recopila y organiza la información relevante sobre los implicados y sus problemas, distinguiendo las áreas no negociables.
Facilita el desarrollo de opciones para resolver el conflicto, alentando a las partes a proponer soluciones y examinar sus implicaciones. En la etapa final, clarifica y documenta el acuerdo alcanzado, asegurándose de que ambas partes estén de acuerdo en su implementación.
El mediador adopta roles diversos: guía del proceso y facilitador de la comunicación. Su función no es juzgar ni determinar culpabilidades, sino ayudar a las partes a encontrar soluciones mutuamente aceptables sin tomar decisiones por ellos. Su enfoque es imparcial y su objetivo es garantizar un proceso equitativo que promueva acuerdos duraderos y menos conflictivos, especialmente en situaciones familiares complejas.
¿Qué estudiar para ser mediador familiar?
Según la Ley de Mediación en Asuntos Civiles y Mercantiles (artículo 11), el mediador familiar debe tener un título universitario oficial o formación profesional superior, además de formación específica en mediación de instituciones acreditadas.
Por ende, el profesional de mediación familiar suele poseer títulos como Grado en Trabajo Social, Educación Social o Derecho, o puede haber completado un máster especializado. Además de la formación académica, se requieren cualidades como mantener la confidencialidad, respetar a las personas, ser imparcial y evitar juzgar a las partes involucradas en el conflicto para desempeñar con éxito su labor.
La mediación se extiende a diversas esferas profesionales, abriendo oportunidades en distintos sectores:
- Mediación en conflictos civiles y mercantiles, abordando disputas legales y comerciales.
- Mediación laboral, enfocada en la resolución de disputas en entornos de trabajo.
- Mediación familiar, dirigida a resolver conflictos dentro de estructuras familiares como separaciones, custodias, entre otros.
- Mediación penal, colaborando en la resolución de conflictos dentro del sistema legal penal.
- Mediación escolar, abordando conflictos y problemas que surgen en entornos educativos.
- Mediación en el ámbito sanitario, para resolver disputas o conflictos relacionados con la atención médica y la salud.
Cada área requiere habilidades específicas y un enfoque particular adaptado a las circunstancias y complejidades inherentes a cada tipo de conflicto.