Chico en trabajo de data con ordenador
Informática y desarrollo web

Tecnología mobile, cloud y redes sociales: tres aspectos irrenunciables para la empresa

Hace tiempo que abrazar las TIC dejó de ser una opción para convertirse en una necesidad para cualquier empresa que aspire a ser competitiva y dar respuesta a las necesidades de sus clientes. Además, no basta con incorporar la tecnología a las organizaciones: también es indispensable mantener una inversión, ya que este ámbito evoluciona continuamente.

Hace tiempo que abrazar las TIC dejó de ser una opción para convertirse en una necesidad para cualquier empresa que aspire a ser competitiva y dar respuesta a las necesidades de sus clientes. Además, no basta con incorporar la tecnología a las organizaciones: también es indispensable mantener una inversión, ya que este ámbito evoluciona continuamente. El mercado español ya cuenta con 17 millones de usuarios en las redes sociales

Una de estas transformaciones tiene que ver con convergencia de tres pilares fundamentales: los dispositivos móviles, la computación en la nube (o cloud) y las redes sociales, que también son un fiel reflejo de los hábitos de los usuarios. Sin ir más lejos, un estudio de Online Business School (OBS) revela que, a principios del 2015, España ya contaba con 17 millones de personas activas en estas plataformas.

De hecho, cualquiera de ellos utiliza aplicaciones que están diseñadas para sincronizarse a la nube, compartir contenido en los medios sociales, y, por supuesto, funcionar desde teléfonos inteligentes y tabletas. Teniendo en cuenta que los internautas viven instalados en el mundo 2.0, las empresas no pueden mantenerse al margen: ellas también tienen que ser sociales.

Ahora bien, ¿qué implica este cambio? En contra de lo que muchos creen, no es suficiente con tener presencia en redes sociales como Facebook, Twitter, LinkedIn o Pinterest: entrar en el universo digital implica adoptar nuevas formas de comunicación con los usuarios, aprovechando las herramientas tecnológicas y manteniendo una actitud más abierta, colaborativa y productiva, tanto con sus clientes (actuales y potenciales) como con sus propios profesionales.

Por lo tanto, puede afirmarse que ser social es una filosofía que debe extrapolarse a todos los ámbitos de la empresa. En efecto, si la organización de la empresa sigue respondiendo a una estructura cerrada, vertical y fuertemente jerarquizada, donde la toma de decisiones o las propuestas de mejora e innovación recaen en una sola persona, esta firma difícilmente podrá llegar a desarrollar una estrategia efectiva en las redes sociales. Para que realmente tenga éxito en este campo, es necesario introducir en el día a día de la empresa mecánicas como el hábito de compartir el conocimiento, el trabajo en equipo y el diálogo.

Actualmente, existen herramientas tecnológicas que les permiten participar de manera sencilla, sugerir propuestas, valorar decisiones, resolver dudas, debatir etc. Todo esto es la base de las redes sociales corporativas. Acompañadas de objetivos claros, un despliegue eficaz y un seguimiento por parte del equipo directivo, pueden convertirse en un aliado irrenunciable para dar el salto hacia la empresa del futuro.

Otro tanto ocurre con las tecnologías estrechamente ligadas al uso social media: los dispositivos móviles y el cloud. Aunque los trabajadores de una compañía ya están acostumbrados al uso de la tecnología móvil en su vida privada, las empresas deben brindarles la formación y las herramientas corporativas que les permitan aprovechar esta tecnología para sus quehaceres profesionales.

Esta realidad se hace extensiva al uso de los dispositivos, espacios de almacenamiento en la nube y perfiles sociales dentro del horario laboral y para fines personales. Una realidad a la que las empresas empiezan a adaptarse; por ejemplo, según un estudio elaborado por VMware, 7 de cada 10 responsables de tecnología tienen en mente implementar las políticas conocidas como BYOD (bring your own device, ‘trae tu propio dispositivo’), ya que esto contribuye a que los empleados se sientan más satisfechos en su lugar de trabajo y, por lo tanto, mejoren su rendimiento.

Todo ello explica por qué las empresas se ven obligadas a trasladar su estrategia de comunicación digital y su apuesta por las nuevas tecnologías a la propia organización. El motivo es claro: dar respuesta a las necesidades de los usuarios sin entender la de los propios empleados implica, forzosamente, vivir de espaldas a las reglas del juego de la sociedad digital. O en otras palabras, un fracaso seguro.

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Persona
Jessica Ruano
Dpto. Comunicación de iFP